EL VENCEDOR ESTA SOLO
La trama de la novela transcurre en un término de 24 horas muy al estilo de la serie de televisión 24 y al Código Da Vinci. Los personajes no tienen mucho tiempo para hacer lo que planean hacer. A pesar de lo intenso, el autor tiene tiempo para reflexionar sobre cosas que a nuestro entender no le añaden nada al argumento de la novela: lo relacionado a la industria cinematográfica, los diamantes y las tendencias de las modas. Interesante todo, pero no necesario. Hay una crítica social a la superclase, a la industria cinematográfica, a la moda y al mismo festival de Cannes.
La magia de Coelho que conocimos en El Alquimista, El guerrero de la luz, La quinta montaña, El peregrino, Verónica decide morir, Brida, ya no está aquí. Solamente en algunos pasajes nos parece reconocer al Paulo Coelho que nos cautivó con su palabra:
“Necesitaba las raíces: hay un lugar en el mundo en el que nacemos, aprendemos una lengua, descubrimos cómo nuestros antepasados superaban sus problemas. En un determinado momento pasamos a ser responsables de ese lugar.
Necesitaba las alas. Ellas nos muestran los horizontes sin fin de la imaginación, nos llevan hasta nuestros sueños, nos conducen a lugares lejanos. Son las alas las que nos permiten conocer las raíces de nuestros semejantes y aprender de ellas.”
La trama de la novela transcurre en un término de 24 horas muy al estilo de la serie de televisión 24 y al Código Da Vinci. Los personajes no tienen mucho tiempo para hacer lo que planean hacer. A pesar de lo intenso, el autor tiene tiempo para reflexionar sobre cosas que a nuestro entender no le añaden nada al argumento de la novela: lo relacionado a la industria cinematográfica, los diamantes y las tendencias de las modas. Interesante todo, pero no necesario. Hay una crítica social a la superclase, a la industria cinematográfica, a la moda y al mismo festival de Cannes.
La magia de Coelho que conocimos en El Alquimista, El guerrero de la luz, La quinta montaña, El peregrino, Verónica decide morir, Brida, ya no está aquí. Solamente en algunos pasajes nos parece reconocer al Paulo Coelho que nos cautivó con su palabra:
“Necesitaba las raíces: hay un lugar en el mundo en el que nacemos, aprendemos una lengua, descubrimos cómo nuestros antepasados superaban sus problemas. En un determinado momento pasamos a ser responsables de ese lugar.
Necesitaba las alas. Ellas nos muestran los horizontes sin fin de la imaginación, nos llevan hasta nuestros sueños, nos conducen a lugares lejanos. Son las alas las que nos permiten conocer las raíces de nuestros semejantes y aprender de ellas.”
No me extraña que la magia, y la esencia de lo que en un momento dado fue Paolo Coelho ya no lo encuentres en sus libros recientes. Creo que fue porque al principio él los escribio por el placer de escribirlos, por enseñarles algo a las personas, mientras que en los últimos que publicó creo que se ha enfocado mas en las ventas y su nivel de fama que en el mensaje que sus libros llevan.
ResponderBorrarEstoy muy de acuerdo con tus comentarios. Eso me ha pasado con muchos autores que responden más a su imagen que a los sentimientos que los motivaron en un comienzo. Quizás estén a tiempo de cambiar. A mi pasó con Isabel Allende que en La casa de los espíritus demostró una sensibilidad y narrativa increíble que luego perdió y ahora la vuelve a recobrar con La isla bajo el mar.
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